Friday, June 30, 2006

Excursión en guagua. Hoy presentamos: el niño vomitón

Con un calor que te cagas salí yo esta mañana de mi casa a las 10 en punto. 10 minutos más tarde (como ven, mi casa está superbien comunicada y tal...) llegué a la parada de la 014 de la Vuelta de los Pájaros porque tenía que ir a La Laguna a hacer la preinscripción de Magisterio de Lengua Extranjera y mi hermano se ha llevado mi coche al trabajo y mi madre se fue a casa de mi tía en el suyo. A las 10. 30 pasó la primera guagua (gran servicio el de Titsa, esperar 20 minutos para una guagua que sale cada 6 minutos de la terminal) y, cómo no, iba llena hasta el culo. Y en la parada había un montón de gente más. Me meto hasta el final de la guagua y, como olía fatal vuelvo para adelante, donde olía peor aún (primera norma del usuario de TITSA: NO vayas NUNCA en la zona en la que los pasajeros tienen que agarrarse a lo alto, el olor a sobaco sudado es narcótico y puede causar somnolencia y si te caes te metes una ostia que lo flipas), me quedé en el centro de la guagua doble, en la zona esa que parece siempre que se va a soltar en cualquier momento.

La guagua llena hasta el culo. Arranca. Parada de la Shell. Dominicas. OFra. La Cuesta. La Cuesta otra vez. Otra vez la Cuesta. Otra más en la Cuesta (¿pero cuántas paradas hay en la Cuesta?). Guajara.


La PRIMERA media hora fue llevadera, PERO luego empezó a entrar más gente, hacía más calor, la cosa apestaba más y, HORROR, en la guagua iba un niño mareado justo al lado mío y apuntando a mis pies cada vez que le daban arcadas. El joputa de su padre, encima, le obligó a ponerse de pie porque "si vas en los asientos al revés (léase, los que no miran hacia el chófer, sino hacia el tubo de escape), te mareas más que si vas de pie". Sabiduría popular fallida, claro, que el niño empezó a tener arcadas aún más violentes y tuvieron que bajarse la madre y él (el padre se quedó) en la siguiente parada, donde, justo después de arrancar la guagua, empezó a vomitar hasta lo que merendó el mes pasado. Por suerte, no se arrojó encima de mis tenis...

La SEGUNDA media hora (porque la guagua tardó UNA HORA Y 15 MINUTOS en llegar al Campus Central) fue insoportable. Entre que ya estaba hasta las narices y que cada vez hacía más calor y no paraba de entrar gente, estuve a punto de bajarme y subir caminando, pero recordé que La Laguna es el tercer mundo por las obras del tranvía y que para llegar a la Facultad de Educación lo iba a tener chungo.

Total, que a las ONCE Y MEDIA llegué a la secretaría, rellené los papeles (antes tuve que hacer una miniexcursión a la reprografía de Pedagogía, que no tenía fotocopia de la tarjeta de la Selectividad) y me dispuse a volver a Santa Cruz. Pero antes fui a la Lemus y a un par de sitios más de la zona, pensando que la parada de la 026 (que me deja al lado de casa y no en la zona de trabajo de las chicas de "vida alegre" de la Vuelta de los Pájaros) estaría todavía donde cogí la guagua la última vez que subí a La Laguna. Iluso. Para variar, la calle estaba en obras (mi amigo el tranvía llamado Destrozo aparece en todas partes), así que me tuve que ir hasta la parada que está detrás del ambulatorio de la Avenida Trinidad a esperar a otra 014. Curiosamente, "sólo" tardó media hora en llegar hasta la parada de la Vuelta de los Pájaros, donde sólo había una puta en horario de trabajo. Menos mal que esta vez pude ir sentado, no como cuando subí T_T


Conclusión 1: La Laguna es el tercer mundo automovilístico
Conclusión 2: Tengo que sacarme el carnet de moto
Conclusión 3: Lo del yo Guagüing es publicidad engañosa
Conclusión 4: Si vas a ir en la guagua, mi niño, no comas que "si vas en los asientos al revés te mareas más que si vas de pie"


Advertencia: este texto está escrito después de montar en guagua en uno de los asientos "al revés", así que si ha salido chungo, por algo será.

1 comment:

Oneyros said...

Pues entonces fue una emocionante aventura por lo que cuentas, no?
viste paisajes desiertos, mujeres que te intentaban seducir, personajes desconocidos, te enfrentaste a ti mismo de un deseo de bajar y dejarlo todo y ademas te acordaste todo el tiempo de tu hermano