Cuando era pequeño, uno de los cuentos que más me gustaban era El Mago de Oz de L. Frank Baum. También estaba Alicia en el País de las Maravillas. O, incluso, Charlie y la Fábrica de Chocolate (obra que leí después y que no recordaba haberlo hecho hasta que, recientemente, vi la película de Tim Burton, a saber dónde está esa novela). Sin embargo, de todos ellos, mi preferido es El Mago de Oz. De pequeño, leí alguna de las adaptaciones. Vi la película de Judy Garland. Vi la serie japonesa que daban los sábados por la mañana (me traumatizó soberanamente no ver el último capítulo y aún sigo traumatizado… ¡¡¡ripeo de esa serie ya!!!). Vi Oz, un mundo de fantasía (que próximamente volveré a ver).De mayor, leí la novela hace un par de años. Cuando leí acerca de esta obra en internet y vi las imágenes me quedé en shock. Impresionante dibujo. No sabía nada de su periplo editorial, si era novedad o no, cuánto costaba,… nada. No me esperaba ver el tomo por la tienda de cómics y, una tarde en la que bajé a pillarme un par de grapas… ahí estaba. Un ejemplar. Que cogí raudo y veloz (creo que era para la dependienta y se “lo quité” T_T). Tras un breve hojeo al llegar a casa, esa misma noche empecé a leerlo.
Obviamente, la historia no sorprende lo más mínimo. Es de todos conocida y, más o menos, se corresponde con la película de Hollywood (más o menos, hay detalles que varían y pasajes que no están en la película o que los chicos de Hollywood se "saltaron"). Sí que está muy, pero que muy bien adaptada. Chauvel no se alarga en momentos innecesarios ni se queda corta cuando hay que centrarse en distintos aspectos importantes. La narración de la historia se hace ligera, sin trabas, es fluida y no cansa. Tenemos distintas técnicas narrativas, como flashbacks, cambios de ritmo, paradas, monólogo, cambio de narrador… Una adaptación brillante.
Sin embargo, si por algo este cómic llama la atención sólo con ver la portada es por su precioso dibujo. Precioso, llamativo, eficiente y sorprendente. Enamora sólo al mirarlo. Se nota, además, la experiencia de Enrique Fernández en el campo de la animación, puesto que tiene una narrativa fluida, con composiciones de viñetas que sorprenden y, en algún momento, descolocan al ser inesperadas. La expresividad de todos los personajes va más allá de su movimiento en acción, destacando poderosamente los gestos faciales, las miradas, las sonrisas, la sorpresa en los rostros… Constantemente, no hace falta más que mirar el dibujo para saber qué pasa por la cabeza de los personajes, que, por otra parte, tienen unos diseños fabulosos. Por último, no puedo terminar sin hacer referencia al increíble coloreado del tomo. Cada momento se distingue por aspectos relacionados con el color, cada pasaje tiene su propia luminosidad, su propia atmósfera a través del color. Así, la Ciudad Esmeralda es realmente esmeralda. Kansas es un lugar gris e inhóspito. Los campos de trigo donde vive el Espantapájaros brillan por el reflejo del sol en el trigo. El bosque del Leñador es casi otoñal. Los territorios de la Bruja del Oeste son negros y tenebrosos y, cuando Dorothy regresa a Kansas, ya no es un lugar tan gris. Qué gran uso de la técnica del coloreado digital.
Finalmente, he decir que la edición de Glénat es muy buena y que realmente vale su peso en oro. Recoge los tres volúmenes de la obra en un tomo único por unos 18 euros. Creo que es una edición más que recomendable para que sea puesta como lectura obligatoria en algunos cursos de Primaria… quinto o sexto, por ejemplo. Es una obra tan “bonita” (aunque suene cursi) que estoy seguro de que despertaría el interés de muchos niños y niñas por la lectura y el cómic.
1 comment:
no me digas eso! comentemos pues!!
de dondes sacas tanto? y que haces qe no actualizas?
un saludo!
Fátima
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